Cultura y literatura
El mito de las Cinco Águilas Blancas
“Cinco águilas blancas volaban un día por el azul del firmamento; cinco águilas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes producían sombras errantes sobre los cerros y montañas”… El párrafo citado corresponde a uno de los relatos míticos más conocidos en los Andes venezolanos, recopilado por Tulio Febres Cordero, quien con su fina vena literaria dio forma estética a la narración indígena, donde los aborígenes del estado Mérida explicaban el origen de los cinco picos que conforman la majestuosa Sierra Nevada.
“Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los indios Miripuyes, habitantes del Ande empinado”… es uno de los personajes mitológicos de la cultura religiosa Tatuy, hija del ardiente Zuhé y la pálida Chía, dos de los dioses de su trinidad: sol y luna; el otro era un ser supremo denominado: Ches.
Los mitos y leyendas son términos que suelen
emplearse de manera indistinta, por sus similitudes: ambos son narraciones
donde se cuentan acciones y se presentan los símbolos y personajes más remotos de la memoria de las civilizaciones,
así sucede con el mito: “Las cinco
águilas blancas”, comúnmente reseñado como Leyenda.
Para deslindar ambos géneros, se toma en cuenta que los mitos
tienen su punto de partida en un fenómeno natural; en ellos se explican el
origen del universo o de los dioses, la aparición del hombre, la lucha del bien
y del mal.
Entre los relatos míticos más aceptados por la humanidad, puede
señalarse el Génesis de la
Biblia , estos y otros textos sagrados son historias
consideradas como verdaderas y narran la creación del mundo, realizada por una
deidad cuya existencia pertenece a un cosmos sobrenatural.
En la
cultura americana prehispánica, uno de los más conocidos relatos míticos es el Popol Vuh, estimado como la Biblia Americana; en Venezuela el mito indígena de Amalivaca, el padre creador, reseña
el origen de los Tamanacos. El relato recopilado por el misionero Gilli fue
reseñado por Arístides Rojas en: Leyendas
Históricas de Venezuela, Serie I, 1890.
Dos de febrero: Día de
la Candelaria
La fiesta en honor a
la virgen de la Candelaria está asociada con la luz y representa el día de la
purificación de la Virgen María y la Presentación de Jesús. Esta festividad
cierra el ciclo católico de la purificación iniciado el 24 de diciembre y en
los hogares andinos suele indicar también el fin de otra tradición que se
celebra durante este período, la popular paradura andina.
La aparición de la
Virgen de la Candelaria tuvo lugar hacia el año de 1400 en Tenerife y a partir
de 1947 comenzó a extenderse esta celebración mariana traída a Latinoamérica por los
inmigrantes ibéricos.
En Mérida eta
advocación se celebra con especial dedicación, está asociada a la leyenda de la
aparición centenaria de una tablilla con la imagen de la Virgen en la localidad
de Santiago de La Punta, en la población de Zumba.
El día comienza con la misa matutina, la
bendición de las velas y una hermosa procesión de la Virgen por la población y
culmina con la danza de los Vasallos de la Candelaria, cofradía de promeseros,
que visten vistosos trajes coloridos con capas y sombreros, cuya danza evoca las
labores del campo.
La tradición iniciada
en La Parroquia, se extendió a otras comunidades como El Valle y Mesa Bolívar
adoptando nombres como “El apagón”, Locos y Vasallos.
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